lunes, 27 de enero de 2014

Sientes que te ahogas mientras ves a los demás respirar sin dificultad.

Cada día es igual que el anterior, vivo atada a una rutina constante, una rutina que me ahoga, que me reprime, que no me deja ser feliz. Cada día está totalmente planeado, con una fría precisión, cada día veo a las mismas personas, hago las mismas cosas... Mi vida sigue adelante sin yo hacer nada, sin yo controlarla, sin yo disfrutarla, simplemente ella sigue su camino sin importar cómo este yo. Nada cambia, nada, absolutamente nada. Y me agobio, me agobio, me siento atrapada, atada a este lugar, atada por unas cadenas más duras que el más resistente acero. Y siento que no puedo más, siento que en cualquier momento voy a estallar.

sábado, 25 de enero de 2014

Nuestro trocito de Hogwarts

Has tenido un día duro, solo te apetece llegar a casa quitarte la chaqueta, descalzarte, tumbarte en la cama con todo apagado menos la música, tú música, esos tres minutos que reflejan mejor que nada ni nadie tu vida, tus sentimientos... Hay canciones que te dan fuerzas, otras te relajan, otras te recuerdan a personas, a momentos, a épocas mejores... sin saber porqué estás escuchando una canción de hace más de un año, por tu cabeza pasan miles de recuerdos, de personas, de conversaciones, de sensaciones, es tan fuerte el poder de la música que es capaz de hacerte revivir aquello que sentiste la última vez que la oíste, y sin aviso previo una lágrima se precipita por tu mejilla y comienzas a llorar. O quizás suene esa canción que tanto te gustaba antes porque te recordaba a alguien especial, ahora al escucharla la cantas con rabia, como queriendo hacerle saber al mundo que ya no te importa, que ya lo has superado... La música es un idioma universal, algo que no hace falta entender, ya que igualmente te transmite lo que quiera, es casi como mágico, te puede hacer cambiar de estado de ánimo en cero coma, te hace recordar cosas que ni tú creías ya recordar... La música es nuestro trocito de Hogwarts aquí en el mundo de los muggles.

sábado, 4 de enero de 2014

Fingir ser quien no eres para encajar es como fingir un orgasmo masturbándote.

Por desgracia vivimos en un mundo en el que para ser aceptado hay que ser como todos los demás, no destacar, no pensar... simplemente hacer lo que los demás hacen, porque ya sabes lo que dicen: "el clavo que sobresale es el que más golpe recibe" y así, aunque no seas popular, al menos no te critican, o lo hacen mucho menos. Así es la gran mayoría de la gente, intenta pasar desapercibida, no destacar, no decir lo que piensan o hacer lo que le gusta por miedo a ser rechazados, juzgados... ¿Y todo eso para qué? Para que no nos quedemos solos, para ser "felices", es decir, resumiendo, preferimos ser copias baratas, maniquís, para ser aceptados y creer que somos felices sin saber quién o cómo somos en realidad, antes que hacer lo que nos gusta, decir lo que pensamos, ser quienes somos y como somos y así ser felices y libres de verdad, sí, quizás con un cuarto de amigos en comparación con la super cuadrilla que tendrías al fingir siempre, pero si eres tú mismo, si luchas por lo que quieres, sin miedo, sin reprimirte... esos cuatro amigos estarán ahí siempre, y serán verdaderos, en cambio, si te dejas llevar por el "qué dirán" puede que tengas 100 amigos, pero no podrás contar con ninguno de esos a la hora de la verdad, y lo peor de todo, te criticarán, porque es lo que hacen, criticar para así intentar llenar sus tristes y vacías vidas hundiendo la de otras personas. Por ello te digo que luches por lo que piensas, vive tu vida, nada nos garantiza que haya una después, sé quien eres y sé feliz, que al fin y al cabo es tu vida, tus decisiones, eres tú y no ellos la que la tienen que vivir.