domingo, 20 de agosto de 2017

Es curioso, nos enamoramos en un instante, en un segundo. Hay personas que dicen que alguien sabe si está interesado en otra persona en cuatro segundos y medio ¿Te lo puedes creer? No necesitamos más, simplemente es ver a esa otra persona y saberlo. Es algo involuntario, algo que no se puede forzar, tú no eliges de quién te enamoras, es como un instinto básico.
Claro, que ya, si hablamos de una relación, claro está que no es involuntario, no se tardan cuatro segundos y medio, se tarda toda una vida, porque hay que cuidarla, quererla, mimarla... esa es la parte complicada, y es complicada porque no es involuntaria, porque hay que trabajarselo día tras día.
En cambio, desenamorarse no es tan sencillo, y eso que tampoco es voluntario, pero no, no puedes levantarte una mañana sin sentir nada hacía otra persona, te puede llevar meses, años e incluso hay personas que jamás olvidamos, que siempre tendrán un trocito de nuestro corazón para ellas, un trocito lleno de recuerdos, de sentimientos, de caricias... Y eso a veces se hace duro.
Puede parecer triste, o feo, eso de tener que recordar a alguien con quien ya no estás o quizás nunca estuviste por el siempre hecho de que tú, sin quererlo, en cuatro segundos y medio, lo elegiste; pero yo creo que es algo maravilloso, incluso casi mágico, claro que a veces se pasa mal con los recuerdos, pero párate a pensarlo un momento, algo que construiste en tan poco tiempo está durando años. El amor es lo único que funciona a la inversa, se tardan segundos en construirlo y necesitas años para hacerlo desaparecer, incluso, a veces, más.