Lloré por las canciones, que ya no hablarán de ti, de nosotros. Lloré por todos esos lugares que ya, jamás descubriremos juntos y se quedarán esperando a otros amantes que sepan encontrarlos. Lloré por todos esos planes que un día pensamos y ahora ya nunca haremos. Lloré hasta que todo el amor que me quedaba dentro salió, lloré hasta ahogar las mariposas.
Nunca sabrás lo que lloré esa noche, y lo que lloraré las siguientes, y el dolorcito en el pecho que sentiré ahora casi constante, en un tiempo, en las noches pero el que más me va a doler, será el que no me esperaré, será el que llegue cuando crea que ya te he olvidado, será el que sienta cuando quiera contarte algo, a ti, un jueves cualquiera, a las siete de la tarde, y no pueda.
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