miércoles, 18 de marzo de 2020

Ayer te volví a necesitar ¿sabes? Volví a marcar tu número, con lágrimas por toda mi cara, la respiración entrecortada y el pulso acelerado. Te necesité, una vez más, y tú, tú volviste a no estar.
Me lo prometiste, no sé si lo recuerdas "estaré siempre que me necesites" pero en realidad, nunca lo has estado; siempre que te he necesitado de verdad, que te he buscado, tú nunca has estado ahí, nunca has cumplido tu promesa.
Siempre me dices que te preocupas por mí, pero nunca me has escrito tú ese primer mensaje para ver cómo estoy. Siempre dices que estás enamorado de mí, pero nunca me encuentras en las letras de las canciones. 
Me pregunto si a ti también, de repente, sin venir a cuento, te invade la soledad de no tenerme a tu lado, como a mí me invade la de que tú no estés al mío.
Dices muchas cosas, pero a la hora de la verdad... no cumples ninguna, nunca. 
Me has recriminado cosas que acabaste haciendo tú, me has echado como tanto me contaste entre lágrimas que te dolió que yo lo hiciese, me has dejado sola... en realidad creo que siempre lo estuve, porque me conocerás perfectamente, pero jamás te has puesto en mi piel, jamás te has dignado a mirar mi realidad, mi vida, mi mundo, todo lo que estaba dispuesta a dejar por ti, jamás te importó destrozar todo a tu paso ¿y me llamas a mí tormenta? Quizá nos parezcamos aún más de lo que ambos creíamos. 
¿Quién me lo iba a decir? ¿Quién se podría haber imaginado que los papeles iban a cambiar, de un momento a otro, sin previo aviso?
Y aún así, aún habiendo escrito todas estas palabras llenas de rencor, de enfado y de dolor te sigo queriendo, me sigo acordando de ti, ya no cuando estoy sola, sino rodeada de gente, porque siento que me faltas tú, una vez más. Sigo buscándote en las noches. Y eso es lo que más me jode de todo, que aún siendo consciente de todo el daño que has hecho, sabiéndolo y habiéndote dado igual, sigo jodidamente, irremediablemente y estúpidamente enamorada de ti. 

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