Sin muerte no hay vida. Y morimos muchas veces mientras vivimos. Es necesario desquebrajarse algunas veces, hacerse añicos, cortarse intentando recoger todos esos pedazos tuyos, y ahí, al ver ma sangre brotar caliente, escapando de tu piel, escapando como tú querrías hacerlo de tu vida es cuando te das cuenta de que tus pulmones siguen cogiendo aire, puede que les cueste, pero lo intentan, tu corazón sigue bombeando sangre, sigue queriendo vivir y tú, tú podrás con esto y con más. Nunca te sientas débil por caer, por dejar que se te inunden los ojos y empapar tu cara de agua salada, porque después, siempre, siempre las secas, te levantas y sigues cogiendo aire, sigues latiendo.
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