martes, 18 de septiembre de 2018


¿Sabes? Casi lo consigues, has estado a punto de convencerme, de hacer que me abriese a ti, de que confiase en ti, de que te creyese, de quitarme los mil y un muros que tengo a modo de defensa. Pero la cagaste, la tuviste que cagar ¿cómo no? ¿Por qué llegué a pensar por un mísero instante que ibas a ser diferente? ¿Cómo pude llegar a tan siquiera plantearme confiar en ti?
Incluso llegué a sentirme mal, mal por no hablarte de mí, mal por seguir sin contarte cosas cuando tú parecias contarme todo, sentí que te estaba haciendo daño, que ilusa fui joder ¿es que no he aprendido nada todavía? ¿Cuánto más me tienen que hacer mierda para que aprenda la lección? 
Quizá no tenga derecho a sentirme así, quizá esté siendo totalmente egoísta y esto sea un sinsentido, quizá empecé a subirte a un pedestal que en realidad nunca te ganaste ni mereciste, quizá, ha sido culpa mía, pero tranquilo, una vez me es suficiente como para aprender la lección. 
Solo puedo darte la enhorabuena, me hiciste dudar, me hiciste plateármelo, y eso es mucho más de lo que otras personas pueden decir, así que enhorabuena, eres mejor fingiendo que yo.
Ah, y gracias, gracias por darme la solución, por darme la respuesta, gracias por darme ese último empujón que me faltaba.
¿No me preguntabas si alguna vez escribiría por ti? Aquí lo tienes, espero que lo disfrutes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario