Querido primer amor:

Hace ya meses que no te veo, y sé que en este último tiempo no te he escrito, pero te puedo jurar por lo más sagrado que no te he olvidado en ningún momento.
Me acuerdo del tiempo en el que estábamos juntos, esos tiempos en los que éramos tan felices, cuando caminábamos juntos camino a tu casa, cuándo me besabas, cuando me sonreías, cuando te hacía de rabiar... cuantos momento felices acaban de volver a mi memoria...Te hecho de menos en las noches, cuantas lágrimas quedan aún por echar, cuantos recuerdos quedan aún por cicatrizar...Pero todo eso lo suelo ocultar dentro de mí.
¿Yo? Ya sabes cómo soy, aquí sigo, escribiendo para sacar fuera todo lo que llevo dentro, sigo dándoles demasiadas vueltas a las cosas que no tienen importancia, sigo pensando que llegará el día en el que todos mis sueños se cumplan, pero casi siempre me quedo con una sensación de vacío dentro de mí por culpa de esa esperanza. Por todo lo demás sigo igual, aun se me hace difícil preguntar por ti. Te sigo echando de menos, aunque lo intento ocultar.
Siguiendo los sentimientos, sufriendo daños... así es como hemos seguido hacia delante. Alguna vez acuérdate de mí, lo que nos separó será lo que nos vuelva a unir, ya lo verás.
Hacía mucho que no te dedicaba unas palabras, y ni siquiera estoy segura de que sigas leyendo esto, pero si lo haces, decirte que aunque haya pasado tanto tiempo no te he olvidado en ningún momento.
En vez de decirte todo esto en persona, o directamente, ya me conoces, soy más de escribirlo aquí y esperar a que te des por aludido, a que lo leas.
Muchos recuerdos de los de siempre, un beso, hasta pronto:
Tú L.P.

¿Y si todo durase para siempre?

Todos queremos que todo dure para siempre, una relación, la vida incluso algo tan sencillo como nuestro helado favorito, pero no nos damos cuenta de que cada cosa tiene que tener una fecha límite, cada cosa tiene un tiempo programado, un principio y un final. Si todo lo que un día quisimos que fuese eterno lo fuese nuestra vida sería una constante linea recta, sin sorpresas, sin cambios, sin emociones. Sí, muchas veces sufrimos por los cambios, sufrimos mucho, cuando se acaba una relación pensamos que jamás nos volverán a querer, pensamos que no encontraremos a otra persona que nos quiera, llegamos a pensar que moriremos solos, es más, siempre pensamos que es nuestra culpa, pero pasamos por diferentes etapas, en la primera pensamos, intentamos autoconbencernos de que volverá, de que pasará un tiempo, no echará de menos, y volverá, yo no te voy a decir que eso no pasará, pero ten en mente que te mereces algo mejor que alguien que no te supo valorar. También sufrimos mucho cuando alguien muere, cuando esa persona deja este mundo y no volvemos a verla, pero debemos recordar que somos una especie de estrellas fugaces que pasamos voraces por el firmamento hasta que nos apagamos. Es cierto, sí, duele, mucho, pero si no fuese así, si no nos doliese la vida sería aburrida, nos cansaríamos de las cosas con más rapidez. Si la vida, las relaciones, las cosas... durarán para siempre no las valoraríamos, no las aprovecharíamos como es debido, y eso creo que seria peor.