jueves, 29 de noviembre de 2012

Hola:
Estas líneas son para ti, para la persona que jugó tanto conmigo. Hacía tiempo que sabía que debía escribirte estas líneas, pero no encontraba ni las palabras ni el valor para expresar todo lo que pienso, todo lo que siento. En primer lugar tengo que darte las gracias, gracias por todos esos momentos que aun sabiendo ahora que eran mentira en su momento me hicieron muy feliz, gracias por esos mensajes que me sacaban sonrisas  por esas llamadas, gracias por esas tardes, por esos besos, esos abrazos, esas palabras, que sí, puede sé que fueron mentira, pero en su momento me hicieron muy feliz y si no hubieras hecho todas esas cosas no podría darte las gracias por el siguiente motivo, gracias por hacerme más fuerte a base de mentiras, de jugar conmigo, de engañarme, de hacerme sentir especial. Es cierto que lo he pasado realmente mal, no lo podía creer ¿tú? ¿haciéndome eso? No, imposible, o al menos eso creía yo. Supongo que jamás sabré si en algún momento me llegaste a querer de verdad, si algo de lo que dijiste, por poco que fuese sería cierto, pero ¿sabes? ya me da igual, me da igual que al cruzarnos ni nos saludemos, que neguemos conocernos uno al otro, ya me da igual que le regales tu boca a cualquier otra chavala que se crea que también es especial. ¿Lo que más me dolió? Que me advirtieron, ya me avisaron y yo seguía defendiéndote en cada fallo tuyo, seguía confiando en ti sin importarme nada más. Otra cosa que me jode es que ya hay algunos lugares, algunas palabras.. que jamás volverán a ser insignificantes para mí y lo peor de todo es que cuando creía tenerlo superado ahí te vi, haciendo tu famoso gesto, eso me derrumbo por dentro, pero no, no quise volver a estar contigo, lo que paso pasado es, tengo que mirar hacía delante, olvidarme de lo malo y sonreír al recordar lo bueno, nada más. 
Aquí acaba tu capítulo en mi vida, ya has hecho el daño que te correspondía y también me has sacado las sonrisas más sinceras de mi existencia, pero ya está, superado y archivado, después de todas esas amargas lágrimas en la soledad de mi habitación se me han acabado las fuerzas y las ganas de pensar en ti, de sonreír al oír tu nombre.
FIN

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