sábado, 26 de noviembre de 2022

Has vuelto.

 Has vuelto, cuatro años después te han vuelto a ver, te han vuelto a ver por esas calles por las que hasta ayer yo me sentía segura, protegida y feliz. Te han vuelto a ver pasando como si nada, como si no destulleses todo y a todos a tu paso, como si no me hubieras destruido a mí cuatro años atrás.

Has vuelto, y has traído contigo mi miedo, una vez más, mi miedo a cruzarme contigo, a recibir un mensaje tuyo, una llamada. Mi dolor no había desaparecido, solo lo había olvidado, lo había guardado en lo más profundo de mi ser y junto a él mi impotencia al ver que da igual cuántos años pasen, cuántas personas, cuántos días sin saber de ti, que un solo mensaje me regresa a cuando tenía 16 y convertiste mi realidad en un infierno, un infierno que solo te deseo a ti. Un infierno en que se te olvida reír, se te olvida vivir. Un infierno en el que tú eras el rey y yo... Yo solo era una pieza más, una pieza que hiciste que encajara a golpes, gritos y amenazas, una pieza rota. Una pieza que jamás quiso formar parte.

Has vuelto, no sé para qué, ni durante cuánto tiempo y eso es lo que más miedo me da, el no saber, el no poder preparame, el no poder controlarlo y que tú, sin saberlo, seas capaz de controlarme a mí, una vez más. Las preguntas taladran mi cabeza, el miedo me acelera el corazón, tu imagen me persigue cada vez que cierro los ojos y un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Vuelvo a sentir esa adrenalina recorriendome como la sentía cada vez que sabía que estabas enfadado, cada vez que escuchaba tus pasos o cada vez que te oía decir mi nombre.

Has vuelto, y yo solo me quiero ir, solo quiero desaparecer, solo quiero no compartir el mismo lugar que tú. Había olvidado lo que era salir a la calle buscando tu cara entre todas las personas que me rodean rezando por no encontrarla, escuchar todas las voces esperando que ninguna sea la tuya, respirar con la necesidad de que no me llegue tu olor.

Has vuelto, y has traído contigo todas las conversaciones que tuvimos, todos los momentos que vivimos.

Has vuelto y parece que todos mis días de terapia han desaparecido, que no pueden convivir contigo. Y yo tampoco puedo.

Has vuelto y no es justo, no es justo todo lo que tuve que hacer para sacarte de mi vida, de mi cabeza, todo el trabajo que me ha costado, sacrificios, llantos, enfados... Para que tú, con solo quererlo vuelvas a estar aquí.

Has vuelto, y ya no puedo fingir que no existes, no puedo hacer como que fuiste alguien de una vida pasada, de otra yo, no puedo seguir ignorando el hecho de que sigues respirando, que sigues haciendo tu vida como si jamás hubieses hecho la mía trizas.

Has vuelto.


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