martes, 31 de julio de 2018

Es mi cabeza, disculpa el desorden.


No sé por qué soy así, de verdad que no lo entiendo, puede que sea porque he cogido miedo a querer, he cogido miedo a apegarme a alguien, he cogido miedo a confiar... Pero es pura supervivencia ¿sabes? Si cada vez que quiero a alguien, si cada vez que confío la cago, me dañan o me rompen, es normal que ya no quiera hacerlo más, es normal que haya creado una armadura más de las otras tantas que ya tenía. Y sé que no es justo, sé que apartar a las personas de mí antes de que ellas lo hagan no está bien, sé que ser un día amable, cariñosa... Y al siguiente fría y distante no es justo, sé que es una locura, sé que no soy fácil, sé que creo situaciones insostenibles pero ¿Qué esperabas de una persona inestable?
Que es que hoy puedo estar en lo más alto de la montaña rusa que es mi cabeza, que son mis sentimientos, pero mañana puedo estar hundida en la mierda de nuevo. Que es que no puedo permitirme querer ni dejar que me quieran, no estaría bien. Aparto a todo el mundo de mi mierda, de mi desorden, de mi caos, de mí, para que al derrumbarme no os pille en medio. No lo entenderíais, ni yo voy a explicároslo, no puedo, no quiero.
Mi mierda es mía, no quiero enseñarla, no quiero hacerla visible, y si empiezo a sentir algo, vendrán todos los demás sentimientos con él y no puedo permitirme romperme, lo siento, he tardado mucho en levantarme, es más, aún estoy recomponiéndome, aún estoy aprendiendo a escucharme, a entenderme, ahora no puedo volver atrás, no puedo jugármelo todo a una carta.

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