viernes, 19 de julio de 2013

No valoramos algo hasta que nos falta

Hoy estoy viva, y a nadie parece importarle, nadie me dice que me quiere, que le importo, nadie me regala su mejor sonrisa, nadie me regala una rosa, ni siquiera de esas que venden los Pakistaníes por 30 céntimos, nadie me dedica una carta o algo diciéndome que soy importante o lo que significo para ellos... pero si mañana muriese estoy segura de que de repente todo el mundo estaría muy unida a mí, todos me dedicarían unas palabras llenas de sentimientos, no me regalarían una rosa de 30 céntimos, me regalarían un ramo completo de 30 euros, todo el mundo juraría quererme, todos dirían que no saben que hacer sin mí... ¿Y de qué me sirve todo eso? Si cuando me lo digan yo no lo oiré, yo no podré hacer nada, yo ya estaré muerta. Por eso te digo que si quieres a alguien demuéstraselo, si te importa, díselo, mañana puede que ya sea tarde, y todo eso que deseas decirle esa persona ya no podrá escucharlo porque ya no estará aquí.

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