jueves, 14 de junio de 2012


Querido diario, tú que escuchas sin pedir nada a cambio, hace tiempo que no escribo, pero no sé cómo sacar de mí esta lagrima que ahoga. No me mira a los ojos, ya no me mira. Siento que ya no me ama, y yo no tengo fuerzas para elevarlo. No sé lo que le pasa, el otro día me dijo: “Mira nena, que no tengo ganas de ir a tu casa.”
Recuerdo cuando corríamos cogidos de la mano, riendo y salpicándonos con los charcos. Cuando hablábamos sin decir palabra, cuando hacíamos el amor y dormíamos rendidos. Recuerdo las madrugadas en la playa, los domingos a la tarde jugando a la play. Recuerdos tan tan lindos y que tanto añoro… Tengo miedo a perderlo del todo, si lo hago, me quedaré sola, cambié mis muñecas por sus abrazos, y ahora solo existe él.



Querido diario, ayer lo dejé, él no lloró, ni discutió, neutro. Su silencio me demostró que no había amor, se encendió un cigarro y se apagó mi corazón.



Querido diario…que si me quería…anoche su estomago llenó de pastillas. Su madre me ha dicho, entre lagrimas, que dijo mi nombre en su último suspiro. Se apagó su voz, se apagaron sus ojos, si me quería.


No hay comentarios:

Publicar un comentario